viernes, 7 de noviembre de 2008

BÖGE, GUATÓN, PORFELIUS




PAÑUELO NEGRO AL VIENTO

Entre paisajes histéricos quisiste asesinarte.
Ebrio, en cuclillas y sin sortija
caminaba viudo el ingrato tumor:
la infiel caña de vino tinto, llamada Amor.

Dedicabas las desglorias de tus penas
a la carnívora seducción de sus venas,
sabiendo que sin querer rondabas los mismos paisajes
secos y pedregosos en donde cuantas veces
te terciaste a la cúpula del sinsabor iluminando,
con la misma luz deprimida de los postes
uniformados en calles sin sentido,
las espasmosas secuelas de la traición.

En ti mordíanse con angustia, unos a otros,
aquellos susurros obesos y chillones,
esa voz carraspeada de la conciencia
que te sentenciaba y te inculpaba,
que te iba carcomiendo,
mientras en caótico silencio
alegabas tu total inocencia
a vista de penetrantes miradas entumecidas que,
perdidas entre las sombras,
contemplaban y reflejaban en sus iris empañados
y en sus adormecidas pupilas dilatadas
toda esa ceremonia nerviosa y húmeda,
vaporosa y cancerígena, reverberante y lunática.

Las puertas de tu alma se cerraron,
en un rincón los insectos se posaron
y sin pestañeos ni palabras, todo dijo adiós.
Adiós a tu hombro con ala.
Adiós a tu voz que desmodulaba las mismas letras que yo.
Adiós al nacimiento del Ángela
Adiós a tu abandono y al mío...

Flameo ahora mi pañuelo negro al viento,
porque entre estos paisajes enmascarados
sólo dejé a mi alma huir.



Reencuentro

Cuanta vida ha pasado por nuestros sueños hundidos
Cuantas turbulencias inmanejables en la derrota

Estamos en pie aún:
el mundo, ese depósito de basuras sociales.

En la violencia del camino tratamos de vivir
en la oscuridad decapitada por los nacimientos.
Uno es mi amigo y el otro es mi hermano
Pero Mi hermano también es mi amigo
y mi amigo también es mi hermano
A uno de ellos lo conozco hace 27 años
y al otro hace ya casi 12.
Uno es pintor y el otro baterista.
Vuelo y aterrizaje brusco
Memoria y redescubrimiento estruendoso

Qué mujer misteriosa ha sido la noche con nosotros
Cuantas habrán sido las veces que nos hemos dormido
En sus muslos rapaces y su falda rajada,
O si prefieren, cuantas veces hemos paseado juntos
Por hospitales, calabozos, esquinas, bares, cementerios,
Salitreras, playas alejadas, ciudades malditas
La plaza, el cerro, el muro,
el Caliche, el kiosco del guatón…
Qué tiempo y qué nostalgia ir creciendo
Qué locura es no adaptarse a este manicomio.

Tenemos el báculo hermanos míos
La felicidad no os será negada en el santuario del Arte
Sigamos juntos en esta historia de bufones y sarcasmos,
historieta sin guión, acto de catarsis y amistad con sangre.

Un lápiz, un pincel y dos baquetas sostienen el alma
Poesía, Pintura y Música, una droga evolucionada.

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