viernes, 15 de julio de 2011

Poema De Ida y Vuelta



DEÍDA

Dejaré mi cabeza
en esta piedra del camino,
ya no seremos Venus al amanecer,
ya no cabremos en el desierto,
basta de creernos Andrómedas silentes,
por ahora sólo seamos una Mente
meditando en esta roca del Destino.

No más pobrezas del creador
que de la basura sacaremos el material
para las construcciones con alas
que rozarán a las ya frágiles tinieblas.

No demases yoses
transcribiendo enredos,
por más que seamos
no se puede pretenderlo.

… y las bocinas tuertas de todo manco tropiezo
sonarán desnutridas y agazapadas de consecuencias,
son cicatrices vestidas de señuelos, huellas demarcadas
en cada rastro de tu rostro, en cada gota de tu ser regado
sin hambre ni sed, sin agobio ni desesperanzas:
Ser premonitoriamente un vestigio
Polvo entre huesos, polvo entre polvo, huesos
con extremidades de sangre y mirada sin corazón.

Apología del Ángel caído, levantadlo y preguntadle
si ya ha encontrado la razón para elevarse.

Todo lo que podemos descubrir creando
daría alimento al gusano.
Todo aquello que perdimos
ha hecho del Sol un Mar
y en ese Mar viajamos
hacia ningún lado,
de lado a lado,
perdidos,
soñados,
nadados,
ida
de idos.


(Baltazar viejo misterioso… Luciérnagas irrumpen el paisaje y se posan sobre usted. Sus hombros son miedos derrotados, miedos derrotados.)


Porfelius
2009