EN VANO
Si nuestro primer sub-mundo
acaba siendo aplastado por las pisadas atroces
de un pasado perfectamente doloroso,
entonces tendríamos que terminar siendo
sólo almas fugaces en la historia del cariño,
sólo papeles sueltos deambulando en las calles,
sólo un hombre y una mujer separados
en las rutas postreras del amor entregado
sin la condición de la vida o de la muerte, o más aún,
sin el esperado viaje hacia la felicidad.
Si nos dejamos vencer seremos
sólo más papeles firmados con nombres anónimos,
sólo una aureola que pudo verse alguna noche
en algún paraje de nuestra bohemia,
de nuestra enterrada cantina melancólica
cerrada al público habitante del mundo,
el mismo que quiso vernos hundidos
en las llamas calientes de la pasión muerta en verano,
el mismo que terminó siendo sólo un débil espejismo
vomitado por nuestra verdad intransable:
fuimos así
guerreros ancestrales luchando contra los aplausos.
Si seguimos la cadena oxidada que nos mantiene prisioneros,
entonces no hay más responsabilidad que aceptar
que sólo fuimos papel picado arrojado en un estadio
cuando la derrota del juego fue aún más dolorosa
porque los rivales llegaron a amarse tanto
que en la cancha no quisieron luchar por ser ganadores.
Si nuestra memoria sembró pánico
y más dolores comparables al padre,
si la hicimos adicta al pecado de soñar,
si simplemente logramos la separación final
es porque toda nuestra azúcar se subió a la cabeza
y terminamos los dos desmayados,
los dos tirados en el suelo de las rosas negras,
los dos con arcadas a la hora de rezar,
los dos satisfechos por acabar con todo,
ya sin luna que nos escuche,
ya sin sol que nos diga.
… pero lo logramos.
Quedó un grito flotando en el delirium.
Quedó el silencio de una noche de terror.
Quedó la mentira guardada en un closet.
Quedó perfumada la insatisfacción.
Los pasados negros
negras jugadas enseñan…
quienquiera que seas, la trampa
fue y será en vano.
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